lunes, 1 de marzo de 2010

Masa sin peso. ¿Podemos con ella?

En mis clases de física, después de comentar que en el espacio lejano podemos despreciar la acción gravitatoria de la Tierra y que, por tanto, los cuerpos no tienen peso, me gusta plantear esta cuestión:
- Suponed que estáis en una nave espacial en situación de ingravidez. ¿Cuánto pesa un lápiz?
- Nada- contestan pupilos y pupilas.
- Correcto. ¿Y un bidón con 50 litros de agua?
- Nada, tampoco tiene peso.
- De acuerdo. Entonces, ¿es igual de sencillo levantar -o desplazar, por usar un término más adecuado a la situación- un bidón de cincuenta litros lleno de agua que un lápiz?
- Sí, puesto que ninguno de los dos pesa.
(No es cierto que todos respondan. Siempre hay quien opta por callar porque ya saben cuál es mi estilo. Me gusta plantear preguntas que tienen una respuesta aparente que termina siendo equivocada como, por supuesto, en este caso).
Hora de repasar los principios de la dinámica. El primero dice que todo cuerpo opone una resistencia (inercia) a variar su estado de movimiento, lo que incluye el reposo. El segundo no es más que una ampliación del primero, y nos dice que es la masa del cuerpo la que le proporciona esa resistencia; por eso se habla de masa inercial. La ecuación que representa esta segunda ley es muy sencilla: F = m.a, siendo F la fuerza que hay que aplicar a un cuerpo de masa m para conseguir que adquiera una aceleración a (la aceleración es la manera de medir el cambio del movimiento). Si el bidón tiene una masa 3000 veces superior a la del lápiz, entonces moverlo de la misma forma requiere un esfuerzo 3000 veces mayor. Pero además existe una tercera ley de la dinámica: el principio de acción y reacción que dice que si un cuerpo A ejerce una fuerza sobre un cuerpo B este hace, simultáneamente, una fuerza sobre A idéntica y de sentido contrario. Dada la diferencia de masas entre un lápiz y una persona, ésta no apreciará el efecto. Pero si quiere mover el bidón convendrá que se ancle en algún sitio, o comenzará a moverse en sentido contrario al bidón. Y como las leyes físicas son inexorables, eso es lo que hay: de moverlos con la misma facilidad, na de na. Y como siempre hay alguien que no lo capta, suelo terminar añadiendo:
- ¿Os imagináis a un astronauta, de reparaciones en el exterior de la nave, volteándola como si nada? Pues entonces.
(Fuente de la imagen: NASA)

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